El año pasado, por estas fechas,
quise dar por terminado este blog. Otra ocupación me impedía seguir
como hubiera
querido. No sé muy bien el motivo, supongo que sentimental, pero Sara Haro me
dijo que no lo hiciera. Y, creo que equivocadamente, le hice caso.
Quedan pendientes muchas entradas
posibles. Entre ellas hay al menos dos líneas concretas que han quedado
truncadas. Por un lado la de japoneses en España. Y por otro lado la de Batman.
Quedaba hablar de las rarezas más recientes, y finalizar el documental que no
he podido terminar sobre Batman y Copperhead.
Tras este último año, en el que
sólo ha estado abierto el grupo de Facebook, y alguna participación esporádica
en la página de la misma red y su vinculación en Twitter, la actividad ha ido menguando
como el personaje de Richard Matheson.
He completado "la legislatura",
cuatro años. Con los doce últimos meses ausente, como suele ser habitual en mí. Pero
ahora sí que ya me quiero despedir. Ha sido un placer escribir estas líneas.
Ahora me voy a otro lado. Espero volver a encontrarme con alguno de ustedes en alguna otra parte.
Casi han pasado tres meses desde
la última publicación en este blog.
Nunca he entendido a las personas que no se
quieren “complicar la vida”. Ya hemos tenido una eternidad sin complicaciones
antes de nacer. Y previsiblemente ya no tendremos complicaciones dentro de cien
años. Mientras estamos vivos y en activo lo mejor que podemos tener son
complicaciones. Así pues en estos casi tres meses he estado… viviendo.
"El ataque de la momia maya"... ¿de Jerry Warren?
Esta segunda parte del documental
me ha quedado finalmente mucho más larga que la primera. Pero teniendo en
cuenta que en 79 días de exhibición en “Youtube” he tenido la escalofriante audiencia
de 79 visitas (justo a una por día)… No creo que haya mucha gente que se vaya a
quejar. Y lo agradezco. Porque esto me permite una libertad total. Ahora sé que
puedo hacer o decir lo que quiera, ya que en cualquier caso a nadie le va a molestar.
Pues nada. Enlazo la versión en
HD de la segunda parte del corto. Y les añado por escrito un
fragmento que
quedó fuera. Quería hacer una referencia a Jerry Warren, el Doctor Frankenstein
del cine. Que compraba película mexicanas de fantasía, las doblaba, añadía
alguna escena de cosecha propia, y reestrenaba en los Estados Unidos como
dirigidas por él.
El fragmento decía lo siguiente:
“Desde Norteamérica, el peculiar
inventor del collage cinematográfico de explotación, Jerry Warren, quedaría
prendado por el potencial comercial de estas películas, las compraría y, en una
labor digna de estos clásicos científicos locos, las transformaría hasta
hacerlas irreconocibles. Cambiando hasta a la momia azteca en momia maya.”
Ya que hay poca expectativa razonable
de que la tercera parte de esta saga llegue a más espectadores, al menos espero
que para su audiencia, minoritaria pero selecta, sí llegue antes.
Es
curioso que cuando empecé con el primer especial que generaría una gran
sucesión de secuelas le pusiera como título, “Michael Jackson: El lado oscuro
de unos calcetines blancos”, y que acabara escribiendo seis largas entradas,
ocupándome casi seis meses de mi vida. Pues tampoco imaginaba cuando a principios
de octubre de 2013 publiqué “Batman: Las luces de un personaje oscuro”, que iba
a llegar a las nueve entradas y que hay material (salvo que la crisis me lo
impida) para trece entradas en total. Y mucho menos tenía en mente que este
personaje, de manera indirecta, me iba a llevar a realizar el primer documental
para “Raros y bizarros”. Y eso que el origen de este blog, como pueden leer en
su presentación, era totalmente audiovisual.
La
temática de “Copperhead: Una explotación en cadena”, en líneas generales, ya la
expliqué en la entrada pasada de este mismo blog. Digamos que aunque en ambos
medios hablo de lo mismo, y que por ello algunas cuestiones se solapan, pienso
que se complementan, porque aporto diferentes datos en uno y en otro. Y, como su duración total estaba en torno a
los 15 minutos, he decidido fragmentarlo en tres partes de cinco, para hacerlo
más accesible al público habitual de “Youtube”, que prefiere las pequeñas píldoras
a los grandes atracones. Y de esta manera también hago un homenaje al género “serial”,
que trataba de mantener la fidelidad de su público con breves tramas, dejando
al final de cada una al protagonista colgado de un precipicio.
A veces el azar te lleva por
extraños caminos y acabas encontrando cosas que no esperabas. Preparando un
artículo sobre las explotaciones de Batman en Turquía apareció una película,
“Yilmayan Şeytan” (1973), que en principio creía que su relación era tangencial.
Realmente parecía una explotación de Santo, el Enmascarado de Plata, el héroe
luchador mexicano. Pero lo introduje en el texto casi de relleno, porque había
leído que en su comercialización en Italia habían cambiado su título original
por el de “L'invincibile Bedman”, en clara alusión al héroe de Bob Kane y Bill
Finger (que nunca negaron que se trataba a su vez de una explotación de
Superman).
"Supersonic Man" in my mind.
La versión española.
Lo curioso es que mientras veía
fragmentos de esta película, por un robot muy poco afortunado que aparece en
ella, me acordaba de otra similar realizada en España por Juan Piquer Simón
llamada “Supersonic Man” (1979), que a su vez explotaba el éxito del “Superman”
cinematográfico de los setenta. Y que al mismo tiempo recordaba en su aspecto
bastante a Batman, ya que llevaba una capucha similar y de color azul. Encuentro
una entrevista a Piquer Simón en la que confirma que se trataba de una
explotación de Superman. Pero en la que también reconoce que quiso homenajear
un serial de cine de la “Republic”, en la que aparecía un mad doctor y un robot, “El
Tanque Humano”, que él había visto cuando era niño. Indago sobre esto y la
encuentro, se llamaba "Mysterious Doctor Satan" (“El misterioso
Doctor Satán”, 1940). La película trata de un vengador enmascarado (es huérfano
de padres asesinados, como Batman) pero que viste de paisano (como Santo) que
se hace llamar Copperhead (exactamente igual que en la película turca) y que el
villano se llama Dr. Satán. Y que éste tiene un robot enorme, que quiere
duplicar hasta convertir en un ejército con el que quiere conquistar el mundo…
¡¡¡exactamente igual que en la película turca y que la de Piquer Simón!!! Y por
si faltaba poco el protagonista cuando va de paisano se llama… Bob Wayne.
(Batman de paisano es Bruce Wayne).
Profundizando en "Mysterious
Doctor Satan".
Y en el Principio fue... ¡Popeye!
Buscando más datos sobre este
serial de la “Republic” confirmo que la intención original de la compañía
realmente era realizar una “exploitation” de Superman. Y observo que la chica
de la película se llama Lois Scott (Lois Lane es la chica de Superman desde el
Nº 1). En este tipo de investigaciones esto, que puede parecer un hilo
demasiado endeble, puede ser suficiente para tirar de toda la madeja. Y así
fue, uno de los directores reconoció que el primer objetivo de explotación era
Superman, pero que temiendo una demanda pasaron a recrear un personaje más
parecido a Batman. Por otro lado ya empezaba a ser recurrente en estos
duplicados el motor dramático de que llegan a ser vengadores justicieros por la
muerte de sus padres por parte de villanos. Pero lo mejor viene cuando al año
siguiente la “Republic” sí realiza oficialmente un serial con los mismos
codirectores, John English y William Witney,sobre el Capitán Marvel, el plagio más descarado de Superman que más
juicios y recursos ha generado de la historia del cómic. (El Capitán Marvel
también es un huérfano de padres asesinados.) Lo más gracioso es que años
después William Witney (uno de los codirectores) se justificó diciendo que al
fin y al cabo tanto Superman como el capitán Marvel era una explotación de… ¡Popeye!
La vía mexicana.
Santo mariachi.
Por otro lado, no sé si ajeno a
esta historia, en 1942, Rodolfo Guzmán (una figura entonces emergente de la
lucha libre mexicana) barajó tres posibles nombres para un nuevo personaje que
iba a encarnar (El Santo, El Diablo, o El Ángel) eligiendo el primero y usando
desde entonces una máscara plateada. No
sé si fue coincidencia o influencia, pero lo cierto es que las vidas del héroe
de la máscara de cobre con la del de la máscara de plata se cruzarían de alguna
manera unas décadas después en Estambul.
Recapitulando:
Primero aparece Superman (1938) en
el cómic, y otras editoriales buscan explotar la idea de un superhéroe con
doble personalidad, y entre sus muchos imitadores surge Batman (1939) que es
posiblemente uno de los más afortunados, pero no el único. Batman también tiene
como clara referencia personajes literarios, como los protagonistas de “La Pimpinela
Escarlata” (1905) y “El Zorro” (1919), ya que ambos ya introducían el elemento
del millonario superficial que vive una doble vida como vengador justiciero
enmascarado. Y personajes del cómic como “The Phantom” (El Fantasma, El Hombre
Enmascarado, 1936) y Green Hornet (Avispón Verde, 1936). Y, especialmente, “The Shadows”, La Sombra,1930 (radio) 1937 (cine) 1940 (cómic). Aparte de que los creadores le añaden la capacidad de deducción del
célebre detective inglés Sherlock Holmes. E incorporan como novedad el uso de
una extensa gama de “gadgets”.
Al año de aparecer el personaje la productora
de seriales de cine “Republic Pictures” toma la idea de Batman y crean a Copperhead
en "Mysterious Doctor Satan" (1940). Y poco tiempo después, desde
México aparece un luchador, Santo (1942), que cambia el cobre por la plata, y
adapta la máscara a las características de su deporte-espectáculo. Ya tienen
que pasar tres décadas (por lo que he descubierto hasta ahora) que en 1973 unos
cineastas turcos retoman a Copperhead en “Yilmayan Şeytan”, manteniendo sin pudor la referencia a Satán en
el título y dándole al protagonista el mismo nombre, aunque añadiéndole
características del luchador mexicano, Santo, el Enmascarado de Plata, y hacen
una nueva versión no autorizada del viejo serial. Unos distribuidores italianos
ven la película y usan como imán de explotación el parecido que ven al
personaje con Batman, y le cambian el título a “L'invincibile Bedman”. Y, por
otro lado, en 1979, debido al éxito el año anterior de la versión de Superman
de Richard Donner, Juan Piquer Simón desde España rueda “Supersonic Man”, que,
partiendo de la base del héroe kriptoniano, añade algunos aspectos visuales de
Batman, más los personajes y elementos de la historia de "Mysterious
Doctor Satan"…
Copperhead con pistola. Santo con pistola. El Copperhead turco con pistola. Supersonic Man, el superhéroe español... con una botella. ¡Viva España!
Buf! Pronto espero que lo vean más claro en “Copperhead:
Una explotación en cadena”, el primer vídeo producido en exclusiva para “Raros
y bizarros”.Mientras tanto les dejo con el tráiler.
Lo que nos gusta nos define tanto
como lo que no nos gusta.
Hace tres años vi un cartel en la
Puerta del Sol de Madrid. Era sobre una película que parecía tener una temática
similar a un viejo guión mío. La película, de alto presupuesto, se llamaba
“Origen” y la dirigía un tal Christopher Nolan. Como me daba pena pensar que me
podían haber pisado una idea que yo no había podido realizar no quise verla. Y,
como suele ser habitual en mí, tampoco tenía tanto dinero como para gastarlo en
el cine. Este verano gané algo más de lo habitual y adquirí un reproductor de
Blu-ray, y vi que “Origen” estaba editada en un pack junto con “Batman Begins”,
las dos del mismo director. Y también compré las películas. Gran error. Pocas
veces me he aburrido más en mi vida… ¡Con ambos bodrios! Yo no creo que en la
creación artística exista una objetividad. Nolan parece ser un buen director
para mucha gente. Pero para mí es un tipo plúmbeo incapaz de contar nada con el
más mínimo interés. Con lo que puedo decir firmemente que para mí lo que hace
el señor Nolan con el cine no se acerca ni de refilón a mi concepto de
entretenimiento. Pero no niego que para otros pueda ser un cineasta visionario.
Lo cierto es que me aburría tanto con su “Batman” que, como suele pasar en
estos caso, me puse a pensar en otras cosas. Y recordé que un tiempo atrás
había comprado un paquete de “Batsplotations”. (El motivo por el que prefiero
el cine malo a cosas pretenciosas y aburridas como las de Nolan es algo que
contaré algún día.) El pack no lo había visto por completo, y pensé que ver
cualquiera de aquellas películas de serie Z podía ser un ejercicio de relax más
provechoso que lo del soporífero director inglés. Cogí el pack y vi que una de
las películas celebraba su 40º aniversario, y para mí una efemérides ya es
suficiente motivo para arrancarme por bulerías. Pero lo más curioso es que
llevo ya siete entradas con esta serie… ¡y aún no he hablado de la película que
me impulsó a hacerla! Y hoy ya toca.
Dos maneras diferentes de aburrirse con Batman.
Pero antes voy a hacer un breve
balance de situación.
La Batgirl perdida.
En los dos años y medio que lleva
este blog en funcionamiento sólo en una ocasión he escrito sobre el cine turco,
con motivo de la entrada dedicada a “ET”.
Y es algo extraño, porque en la imagen de cabecera está nada menos que “3 Dev
Adam”, una de las joyas Z del cine otomano. Posiblemente sea que le tengo
miedo, porque si me pongo con él ya no saldría nunca. Una vez le leí a alguien
que el cine de explotación turco es el cine Z del cine Z. No podemos negar que
existen otras cinematografías de incansable espanto, pero hay que reconocer que
existe un periodo que va desde principio de los 60 a inicios de los 80 en
Turquía en el que podríamos decir aquello de: “He visto cosas que no creeríais”.
El cine “Yeşilçam” (llamado así por
la calle de Estambul en la que se radicaron la mayoría de estudios de este
periodo) nació por la imposibilidad de poder rentabilizar el cine de alto
presupuesto entre poblaciones de escasos recursos. Con lo que las productoras
decidieron hacer un cine de bajo presupuesto, a partir del cine comercial
internacional adaptado al gusto y a las peculiaridades turcas. Y todo esto en
connivencia con una legislación que les permitió fusilar sin ningún reparo
argumentos, imágenes y músicas.
La primera aproximación turca al
mundo de Batman fue, como en otros países, a través de su juvenil versión
femenina. “Uçan Kiz” (1972) es una
“exploitation” tan descarada que al estrenarse en Estados Unidos (que lo hizo)
se tituló directamente “Batgirl”. De
esta película sólo he podido encontrar una referencia gráfica en “Mondo
Macabro” de Pete Tomb (la biblia del cine Z) y la constatación en la “IMDb” que
existió y que tuvo título internacional.
La primera explotación directa y
sin tapujos de Batman en su vertiente masculina se produce con “Yarasa Adam”, que por si hubiera
alguna duda se sobretituló: Bedmen. Curiosamente en su cartel, por error,
aparece como “Betmen”, aunque por la tendencia hacia los lechos del personaje
es más adecuada la primera forma. Se estrenó en 1973, claramente a rebufo de
la serie televisiva norteamericana, aunque en blanco y negro y con una estética
más próxima al serial de Batman de 1949. “Yarasa
Adam” es un típico producto de explotación turco. Es una película mala en
todos los límites de la expresión. Aunque, quizás por comparación con la de
Nolan, al verla agradecí su total falta de pretensiones. “Yarasa Adam” es:Batman,
sexo, algo de acción y pasar por caja. Pero no se crean con esto que es algo
rutinario, no. El Batman turco es muy diferente a todo lo que han podido ver. El
disfraz y la máscara no se sabe muy bien por qué lo lleva, porque lucha contra
los malos con ellos o sin ellos indistintamente. Una vez terminada su jornada heroica
se va a relajar con Robin a un local de “striptease”. Este Batman fuma, bebe, copula… Y no crean que hay una elipsis narrativa
con una bonita “bat-cortinilla: sin ser porno, es un Batman con carga erótica. Así
que este Batman lo mismo se trinca a una chica
que salva que se lo agradece con carne (y manda a Robin a hacer un recado) que
triunfa sobre la marcha con otra que espera en una parada de autobús. Y si
aparece su novia usa su “bat-ingenio” para que esta no se entere. El Batman
turco es putero, machista, infiel… ¡Un verdadero héroe turco! Sólo le falta el
bigote. Pero entre tanta caspa sí hay algo que tiene en común esta película del
Batman turco con la de Nolan: ambas, aunque por diferentes sendas, son
mortalmente aburridas.
El cine turco es participativo, lo completas con tu imaginación.
En “Yarasa Adam”, como en muchas producciones de esta época flota la
sombra de James Bond. Pero en este caso sin pudor. Desde introducir
directamente el tema principal de "On
Her Majesty's Secret Service"(007
al servicio de su Majestad, 1969, posiblemente la película oficial de James
Bond más “ryb”) y otros temas musicales sesenteros de cine y televisión (1). Hasta
aparece el clásico villano que vemos de espaldas acariciando a un gato, el Nº 1
de “SPECTRE”, que casualmente aparece por primera vez en “From Russia with
Love” (Desde Rusia con amor, 1963), en la que parte de la acción transcurre en…
Turquía.
Pero no es la Turquía de James Bond. Se trata más bien de un Batman del
subdesarrollo. No usa “gadgets” de alta tecnología ni nada parecido, sino
simplemente una pistola y el bat-móvil parece sacado de un desgüace.
Uno de los valores añadidos que
han tenido las películas “Yeşilçam” en España ha sido la tendencia que
colgarlas con… ¡subtítulos inventados! Hecho que sin ninguna vergüenza ha
recreado la distribuidora de DVDs “Asian Trash Cinema”, que aunque a veces
respeta el texto, otras veces ayuda aportando “creatividad” chusca a los
diálogos.
En definitiva “Yarasa Adam” es una de esas malas películas que te hacen plantear
el sentido de la existencia mientras las ves, pero con una esperanza que no te
dejan las de Nolan, en las que llegas indefectiblemente a la conclusión de que
no tiene sentido alguno.
Y esto es todo por hoy. La próxima entrada versará sobre una
sorpresa aparecida mientras investigaba en Turquía. Cuando Orlando D Drago
atrapa una pieza no la abandona hasta devorarla por completo.
(1)
El tema de la película de Stanley Donen “Charade" (1963) y de las
series de los años 60 "I Spy" y "Reilly: Ace of Spies”.