Lo que nos gusta nos define tanto
como lo que no nos gusta.
Hace tres años vi un cartel en la
Puerta del Sol de Madrid. Era sobre una película que parecía tener una temática
similar a un viejo guión mío. La película, de alto presupuesto, se llamaba
“Origen” y la dirigía un tal Christopher Nolan. Como me daba pena pensar que me
podían haber pisado una idea que yo no había podido realizar no quise verla. Y,
como suele ser habitual en mí, tampoco tenía tanto dinero como para gastarlo en
el cine. Este verano gané algo más de lo habitual y adquirí un reproductor de
Blu-ray, y vi que “Origen” estaba editada en un pack junto con “Batman Begins”,
las dos del mismo director. Y también compré las películas. Gran error. Pocas
veces me he aburrido más en mi vida… ¡Con ambos bodrios! Yo no creo que en la
creación artística exista una objetividad. Nolan parece ser un buen director
para mucha gente. Pero para mí es un tipo plúmbeo incapaz de contar nada con el
más mínimo interés. Con lo que puedo decir firmemente que para mí lo que hace
el señor Nolan con el cine no se acerca ni de refilón a mi concepto de
entretenimiento. Pero no niego que para otros pueda ser un cineasta visionario.
Lo cierto es que me aburría tanto con su “Batman” que, como suele pasar en
estos caso, me puse a pensar en otras cosas. Y recordé que un tiempo atrás
había comprado un paquete de “Batsplotations”. (El motivo por el que prefiero
el cine malo a cosas pretenciosas y aburridas como las de Nolan es algo que
contaré algún día.) El pack no lo había visto por completo, y pensé que ver
cualquiera de aquellas películas de serie Z podía ser un ejercicio de relax más
provechoso que lo del soporífero director inglés. Cogí el pack y vi que una de
las películas celebraba su 40º aniversario, y para mí una efemérides ya es
suficiente motivo para arrancarme por bulerías. Pero lo más curioso es que
llevo ya siete entradas con esta serie… ¡y aún no he hablado de la película que
me impulsó a hacerla! Y hoy ya toca.
Dos maneras diferentes de aburrirse con Batman. |
Pero antes voy a hacer un breve
balance de situación.
La Batgirl perdida. |
En los dos años y medio que lleva
este blog en funcionamiento sólo en una ocasión he escrito sobre el cine turco,
con motivo de la entrada dedicada a “ET”.
Y es algo extraño, porque en la imagen de cabecera está nada menos que “3 Dev
Adam”, una de las joyas Z del cine otomano. Posiblemente sea que le tengo
miedo, porque si me pongo con él ya no saldría nunca. Una vez le leí a alguien
que el cine de explotación turco es el cine Z del cine Z. No podemos negar que
existen otras cinematografías de incansable espanto, pero hay que reconocer que
existe un periodo que va desde principio de los 60 a inicios de los 80 en
Turquía en el que podríamos decir aquello de: “He visto cosas que no creeríais”.
El cine “Yeşilçam” (llamado así por
la calle de Estambul en la que se radicaron la mayoría de estudios de este
periodo) nació por la imposibilidad de poder rentabilizar el cine de alto
presupuesto entre poblaciones de escasos recursos. Con lo que las productoras
decidieron hacer un cine de bajo presupuesto, a partir del cine comercial
internacional adaptado al gusto y a las peculiaridades turcas. Y todo esto en
connivencia con una legislación que les permitió fusilar sin ningún reparo
argumentos, imágenes y músicas.
La primera aproximación turca al
mundo de Batman fue, como en otros países, a través de su juvenil versión
femenina. “Uçan Kiz” (1972) es una
“exploitation” tan descarada que al estrenarse en Estados Unidos (que lo hizo)
se tituló directamente “Batgirl”. De
esta película sólo he podido encontrar una referencia gráfica en “Mondo
Macabro” de Pete Tomb (la biblia del cine Z) y la constatación en la “IMDb” que
existió y que tuvo título internacional.
La primera explotación directa y
sin tapujos de Batman en su vertiente masculina se produce con “Yarasa Adam”, que por si hubiera
alguna duda se sobretituló: Bedmen. Curiosamente en su cartel, por error,
aparece como “Betmen”, aunque por la tendencia hacia los lechos del personaje
es más adecuada la primera forma. Se estrenó en 1973, claramente a rebufo de
la serie televisiva norteamericana, aunque en blanco y negro y con una estética
más próxima al serial de Batman de 1949. “Yarasa
Adam” es un típico producto de explotación turco. Es una película mala en
todos los límites de la expresión. Aunque, quizás por comparación con la de
Nolan, al verla agradecí su total falta de pretensiones. “Yarasa Adam” es: Batman,
sexo, algo de acción y pasar por caja. Pero no se crean con esto que es algo
rutinario, no. El Batman turco es muy diferente a todo lo que han podido ver. El
disfraz y la máscara no se sabe muy bien por qué lo lleva, porque lucha contra
los malos con ellos o sin ellos indistintamente. Una vez terminada su jornada heroica
se va a relajar con Robin a un local de “striptease”. Este Batman fuma, bebe, copula… Y no crean que hay una elipsis narrativa
con una bonita “bat-cortinilla: sin ser porno, es un Batman con carga erótica. Así
que este Batman lo mismo se trinca a una chica
que salva que se lo agradece con carne (y manda a Robin a hacer un recado) que
triunfa sobre la marcha con otra que espera en una parada de autobús. Y si
aparece su novia usa su “bat-ingenio” para que esta no se entere. El Batman
turco es putero, machista, infiel… ¡Un verdadero héroe turco! Sólo le falta el
bigote. Pero entre tanta caspa sí hay algo que tiene en común esta película del
Batman turco con la de Nolan: ambas, aunque por diferentes sendas, son
mortalmente aburridas.
El cine turco es participativo, lo completas con tu imaginación. |
En “Yarasa Adam”, como en muchas producciones de esta época flota la
sombra de James Bond. Pero en este caso sin pudor. Desde introducir
directamente el tema principal de "On
Her Majesty's Secret Service" (007
al servicio de su Majestad, 1969, posiblemente la película oficial de James
Bond más “ryb”) y otros temas musicales sesenteros de cine y televisión (1). Hasta
aparece el clásico villano que vemos de espaldas acariciando a un gato, el Nº 1
de “SPECTRE”, que casualmente aparece por primera vez en “From Russia with
Love” (Desde Rusia con amor, 1963), en la que parte de la acción transcurre en…
Turquía.
Pero no es la Turquía de James Bond. Se trata más bien de un Batman del
subdesarrollo. No usa “gadgets” de alta tecnología ni nada parecido, sino
simplemente una pistola y el bat-móvil parece sacado de un desgüace.
Uno de los valores añadidos que
han tenido las películas “Yeşilçam” en España ha sido la tendencia que
colgarlas con… ¡subtítulos inventados! Hecho que sin ninguna vergüenza ha
recreado la distribuidora de DVDs “Asian Trash Cinema”, que aunque a veces
respeta el texto, otras veces ayuda aportando “creatividad” chusca a los
diálogos.
En definitiva “Yarasa Adam” es una de esas malas películas que te hacen plantear
el sentido de la existencia mientras las ves, pero con una esperanza que no te
dejan las de Nolan, en las que llegas indefectiblemente a la conclusión de que
no tiene sentido alguno.
Y esto es todo por hoy. La próxima entrada versará sobre una
sorpresa aparecida mientras investigaba en Turquía. Cuando Orlando D Drago
atrapa una pieza no la abandona hasta devorarla por completo.
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